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QUIENES SOMOS

TRADICIÓN, PASIÓN, INNOVACIÓN

Nuestra filosofía

Nuestra filosofía ve a los gondoleros cómo alguien que ama comer, beber, reír, como una persona habladora y un poquito irascible, a lo contrario la concepción moderna prefiere a un gondolero muy educado, sofisticado y atlético.
No sabemos si satisfaremos vuestras expectativas pero podemos definirnos como un grupo de hombres jóvenes, simples y francos que llevan los clásicos pantalones negros y la camiseta de rayas y saben cómo llamar vuestra atención pero sobre todo… no sabemos cómo vivir sin nuestra góndola! El nuestro es un trabajo antiguo que hunde sus raíces en la historia y en la cultura de una ciudad única en el mundo; la góndola y los gondoleros están inmortalizados en muchas pinturas de Canaletto y de otros vedutisti (corriente artística) y nosotros intentamos guardar el recuerdo de la época de la Serenísima República de Venecia, queremos hacer revivir la suntuosidad de esa época y honrarla.

Somos una asociación, incluso si aspiramos a convertirnos en un consorcio, de 20 personas, tenemos unos cuarenta años (por decirlo en nuestro dialecto “no semo bocia, ma gnanca proprio veci” “no somos niños, ni tampoco viejos) y somos de San Marcuola. Somos llenos de entusiasmo, pasión y devoción por nuestro trabajo. Intentamos mantener un pie en el pasado, un pie en el presente y la mirada hacia el futuro, y por eso nuestra góndola conserva la forma y el material que la convirtieron en un símbolo de la historia, es construida de un tipo de madera que exalta la belleza y la hará brillante bajo el sol, y de un metal resistente que compone el “fero” (hierro, pieza de la góndola) de la proa que corta la niebla otoñal.
Nuestro objetivo es ofrecer al turista un servicio el más posible conforme a su necesidades, por eso decidimos perseguir una alianza de tradición e innovación para ofrecer belleza, seguridad y comodidad al mismo tiempo.

Mi so chel gondolier
che in gondola te ninòa...

(El Gondolier, Pope Oeh!)

“chi se fa un giro in gondoea?” (¿quien quiere hacer un paseo en góndola?) No os asustéis, nosotros gondoleros recibimos una preparación políglota y somos capaces de hacer esta pregunta en inglés, alemán, francés, español… pero somos orgullosos de ser venecianos y estaremos encantados de satisfacer vuestras curiosidades mientras deslizamos sobre las aguas de el Gran Canal. Si nos preguntáis cuál es la casa de Marco Polo o necesitáis otra consulta más, intentaremos satisfacer cualquiera sea vuestra nacionalidad y podremos también aconsejar donde disfrutar un bonito “cicchetto con spritz” (chupito con bebida típica) en los bacari (restaurante veneciano) y en las más famosas tabernas de Venecia.

Nuestra filosofía

Nuestra filosofía ve a los gondoleros cómo alguien que ama comer, beber, reír, como una persona habladora y un poquito irascible, a lo contrario la concepción moderna prefiere a un gondolero muy educado, sofisticado y atlético.
No sabemos si satisfaremos vuestras expectativas pero podemos definirnos como un grupo de hombres jóvenes, simples y francos que llevan los clásicos pantalones negros y la camiseta de rayas y saben cómo llamar vuestra atención pero sobre todo… no sabemos cómo vivir sin nuestra góndola! El nuestro es un trabajo antiguo que hunde sus raíces en la historia y en la cultura de una ciudad única en el mundo; la góndola y los gondoleros están inmortalizados en muchas pinturas de Canaletto y de otros vedutisti (corriente artística) y nosotros intentamos guardar el recuerdo de la época de la Serenísima República de Venecia, queremos hacer revivir la suntuosidad de esa época y honrarla.

Somos una asociación, incluso si aspiramos a convertirnos en un consorcio, de 20 personas, tenemos unos cuarenta años (por decirlo en nuestro dialecto “no semo bocia, ma gnanca proprio veci” “no somos niños, ni tampoco viejos) y somos de San Marcuola. Somos llenos de entusiasmo, pasión y devoción por nuestro trabajo. Intentamos mantener un pie en el pasado, un pie en el presente y la mirada hacia el futuro, y por eso nuestra góndola conserva la forma y el material que la convirtieron en un símbolo de la historia, es construida de un tipo de madera que exalta la belleza y la hará brillante bajo el sol, y de un metal resistente que compone el “fero” (hierro, pieza de la góndola) de la proa que corta la niebla otoñal.
Nuestro objetivo es ofrecer al turista un servicio el más posible conforme a su necesidades, por eso decidimos perseguir una alianza de tradición e innovación para ofrecer belleza, seguridad y comodidad al mismo tiempo.

Mi so chel gondolier
che in gondola te ninòa...

(El Gondolier, Pope Oeh!)

“chi se fa un giro in gondoea?” (¿quien quiere hacer un paseo en góndola?) No os asustéis, nosotros gondoleros recibimos una preparación políglota y somos capaces de hacer esta pregunta en inglés, alemán, francés, español… pero somos orgullosos de ser venecianos y estaremos encantados de satisfacer vuestras curiosidades mientras deslizamos sobre las aguas de el Gran Canal. Si nos preguntáis cuál es la casa de Marco Polo o necesitáis otra consulta más, intentaremos satisfacer cualquiera sea vuestra nacionalidad y podremos también aconsejar donde disfrutar un bonito “cicchetto con spritz” (chupito con bebida típica) en los bacari (restaurante veneciano) y en las más famosas tabernas de Venecia.

Historia de la góndola

Cussì nasse la gondola,
galanteria dell’aqua
fata per sta laguna:
rica barcheta nera
longa fina liziera,
co do ponte de fero
co do ponte de arzento
se la deve al talento
de un’ongieta de luna
che, co tanto bon cuor,
ga proteto una sera
el picolo mistero
de do tosi in amor.”

( Antonio Negri)

De esta romántica poesía dialectal se puede extrapolar la leyenda por la que la góndola hubiera nacido gracias a la luna que, para proteger dos enamorados desde ojos curiosos, descendió a tocar la agua fría y por causa de este contacto devino negra y las extremidades ( que estaban fuera de la laguna) quedaron plateadas. Por eso la góndola sería toda negra con los dos lados extremos plateados.

La realidad es muy diferente, pero quién mejor de la góndola, extraordinario símbolo de Venecia, puede contarla mejor. Intentamos inventar una entrevista imaginaria a esta “signora della laguna” (señora de la laguna)…

 

Díganos algo sobre la origen de su nombre

Encantada, soy la Góndola (incluso si por aquí me llaman “gondoea”), no se decir con seguridad de donde deriva mi nombre, parece que deriva desde el latín “cuncula” (concha), pero existe la ipotesi que se trate de una combinación entre el verbo balancear (en italiano “gondolare”) y el término griego medieval “kondura” (barco de cuerda corta); de hecho mis antecesoras tenían la popa menos esbelta que nosotros góndolas de hoy en día.

¿Para qué sirve tu aspecto?

A través de lo siglos mutábamos aspecto, de hecho si observáis las pinturas de el siglo XV-XVI podríais notar que mis antecesoras fueron más cortas y no fueron de ningún modo asimétricas.
En vez, yo que soy la góndola actual, me inclino a un lado, por qué mi lado izquierdo es más ancho de 24 centímetros y tengo el fondo plano, pero soy más esbelta, de hecho soy larga 11 metros y peso 375kg, sin embargo solamente un hombre puede llevarme con facilidad, navegando con solo un remo, y por eso ¡represento una excepción única en el mundo de las embarcaciones!
Soy constituida de 280 piezas y para mi construcción se utilizan ocho variedades de madera, mi única pieza en metal es el “fero da prova” (en italian “peine”) de proa que con su forma a “S” simboliza el Gran Canal; con sus seis dientes dirigidos por delante simbolizan los seis barrios de Venecia, y el diente dirigido por atrás representa la Giudecca, y el sombrero de el Doge.
Soy de color negro y esto me pone muy elegante, aunque en realidad soy de ese color por qué utilizaban la pez para impermeabilizar mi casco, y desde el 1609 el utilizo fue extenso a el barco entero por reducir la suntuosidad, como resultado de un decreto veneciano.

La storia della gondola

Cussì nasse la gondola,
galanteria dell’aqua
fata per sta laguna:
rica barcheta nera
longa fina liziera,
co do ponte de fero
co do ponte de arzento
se la deve al talento
de un’ongieta de luna
che, co tanto bon cuor,
ga proteto una sera
el picolo mistero
de do tosi in amor.”

( Antonio Negri)

De esta romántica poesía dialectal se puede extrapolar la leyenda por la que la góndola hubiera nacido gracias a la luna que, para proteger dos enamorados desde ojos curiosos, descendió a tocar la agua fría y por causa de este contacto devino negra y las extremidades ( que estaban fuera de la laguna) quedaron plateadas. Por eso la góndola sería toda negra con los dos lados extremos plateados.

La realidad es muy diferente, pero quién mejor de la góndola, extraordinario símbolo de Venecia, puede contarla mejor. Intentamos inventar una entrevista imaginaria a esta “signora della laguna” (señora de la laguna)…

 

Díganos algo sobre la origen de su nombre

Encantada, soy la Góndola (incluso si por aquí me llaman “gondoea”), no se decir con seguridad de donde deriva mi nombre, parece que deriva desde el latín “cuncula” (concha), pero existe la ipotesi que se trate de una combinación entre el verbo balancear (en italiano “gondolare”) y el término griego medieval “kondura” (barco de cuerda corta); de hecho mis antecesoras tenían la popa menos esbelta que nosotros góndolas de hoy en día.

¿Para qué sirve tu aspecto?

A través de lo siglos mutábamos aspecto, de hecho si observáis las pinturas de el siglo XV-XVI podríais notar que mis antecesoras fueron más cortas y no fueron de ningún modo asimétricas.
En vez, yo que soy la góndola actual, me inclino a un lado, por qué mi lado izquierdo es más ancho de 24 centímetros y tengo el fondo plano, pero soy más esbelta, de hecho soy larga 11 metros y peso 375kg, sin embargo solamente un hombre puede llevarme con facilidad, navegando con solo un remo, y por eso ¡represento una excepción única en el mundo de las embarcaciones!
Soy constituida de 280 piezas y para mi construcción se utilizan ocho variedades de madera, mi única pieza en metal es el “fero da prova” (en italian “peine”) de proa que con su forma a “S” simboliza el Gran Canal; con sus seis dientes dirigidos por delante simbolizan los seis barrios de Venecia, y el diente dirigido por atrás representa la Giudecca, y el sombrero de el Doge.
Soy de color negro y esto me pone muy elegante, aunque en realidad soy de ese color por qué utilizaban la pez para impermeabilizar mi casco, y desde el 1609 el utilizo fue extenso a el barco entero por reducir la suntuosidad, como resultado de un decreto veneciano.

¿Donde y como vienes construida?

Mi lugar de nacimiento es el squero, lugar de la obra para pequeñas embarcaciones de madera.
Nazco gracias a las manos expertas de los carpinteros. El squero debe su nombre a la escuadra, instrumento de trabajo, que en dialecto veneciano es llamado “squara”. Una vez el squero fue el lugar donde se reparaban todas las embarcaciones, pero con el tiempo su actividad fue delimitada gracias a la construcción de el Arsenal, donde ha confluido la mayoría de la actividad de construcción naval veneciana.

Hoy, en los squeri, somos producidas exclusivamente nosotros góndolas, totalmente por artesanos que transmiten el oficio de padre a hijo. Mi construcción necesita muchos meses y aproximadamente 500 horas de trabajo. Mi vida media es 20 años, y cada año salen a la luz más o menos de 20 góndolas.

¿Donde y como vienes construida?

Mi lugar de nacimiento es el squero, lugar de la obra para pequeñas embarcaciones de madera.
Nazco gracias a las manos expertas de los carpinteros. El squero debe su nombre a la escuadra, instrumento de trabajo, que en dialecto veneciano es llamado “squara”. Una vez el squero fue el lugar donde se reparaban todas las embarcaciones, pero con el tiempo su actividad fue delimitada gracias a la construcción de el Arsenal, donde ha confluido la mayoría de la actividad de construcción naval veneciana.

Hoy, en los squeri, somos producidas exclusivamente nosotros góndolas, totalmente por artesanos que transmiten el oficio de padre a hijo. Mi construcción necesita muchos meses y aproximadamente 500 horas de trabajo. Mi vida media es 20 años, y cada año salen a la luz más o menos de 20 góndolas.

Tradición

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